Diversiones playeras.


Cristina y yo eramos novios desde los 19 años, ninguno habiamos tenido experiencias previas y descubrimos el sexo juntos. Luego en la universidad estudiamos lo mismo y aunque viviamos separados, yo interno y ella en una casa compartida con otras chicas no por eso dejabamos de follar todo lo que podiamos, eso si con mucha timidez por la presencia de las otras chicas.

Entre unas cosa y otras pasaron unos cuantos años hasta que encontre trabajo y nos fuimos a una ciudad costera. Fue el primer verano que pasamos en la costa cuando empezamos a descubrir nuevas cosas excitantes, el ir a playas donde estar desnudos y hacer el amor con total libertad sintiendonos los unicos habitantes del planeta. Eso si como nos daba vergüenza al principio solo ibamos a playas solitarias. Descubrimos una que estaba relativamente cerca y nunca habia nadie, pues entonces no era como ahora y cualquier playa con un acceso dificil estaba vacia. Todos los dias a la misma hora nos ibamos a esta playa hasta despues de comer, habia que andar con el coche durante un kilometro por un camino de cabras, bajar un pequeño barranco de unos 15 metros y despues andar unos 200m hasta el sitio que nos gustaba. A partir del segundo dia dejabamos las ropas en el coche y nos ibamos desnudos, yo tengo un defecto (o virtud) y es que en cuanto me quedo desnudo en la playa se me pone supertiesa en seguida y mas con Cristina al lado con su cuerpo tan atractivo y esos pezones tan duros y erguidos, con lo cual en cuanto llegabamos a la arena me soliamos hacer un 69 que nos dejaba en la gloria. He de comentar que me costo mucho conseguir que Cristina me la chupase y se tragase el semen pero para aquel entonces ya lo hacia habitualmente. Generalmente la follaba hasta que tenia uno o varios orgasmos y a continuacion me corria en su boca hasta casi ahogarla, todos los que hallais probado esto sabreis que es mucho mejor que correrse en el coño.

Un dia que bajabamos como siempre, es decir desnudos y acariciandonos mientras andabamos, con Cristina pajeandome y yo manoseando su maravillosas tetas y pensando en echar un buen polvo nos llevamos la sorpresa de ver a un chico en nuestra playa, estaba haciendose una paja y claro el corte fue mutuo nos sonreimos y nos quedamos cada uno en un extremo de la playa. Durante toda la mañana no nos quito ojo, cuando Cristina se iba al agua se la comia con los ojos y disimuladamente se acariciaba. Yo estaba a cien y ya no podia mas asi que nos metimos en el agua, la cogi con por la cintura y se la meti a tope. Estuvimos un buen rato besandonos y acariciandonos sintiendo el excitante subir y bajar de las olas, quien haya follado en el mar sabra que es una sensacion superexcitante. Poco a poco nos fuimos acercando a la orilla hasta que el agua solo rozaba la parte inferior de las senos de Cristina subiendo y bajando al compas de las olas con los pezones tan erguidos que parecian que se iban a romper. El chico no nos quitaba ojo y ya se masturbaba sin disimulo, Cristina se me agarro fuertemente al cuello y tuvo un orgasmo esplendido, seguramente los gritos se escucharon en toda la playa. Sin embargo yo no conseguia correrme, siempre me ha resultado dificil en el agua y por mas excitado que estaba no habia manera de conseguirlo. Sin dudarlo mas y aprovechando que Cristina estaba como ida por el orgasmo la tumbe en la orilla de la playa y empece un metesaca furioso hasta que le eche litros de semen en su coño, una corrida como nunca. Cuando mire al chico vi que el tambien se habia corrido y tenia la mano llena de semen, aunque todavia la tenia medio tiesa, sin duda por la excitación. Despues de bañarnos un poco y por deseo de ella nos fuimos. Esa noche hablamos del tema de lo excitante que habia sido y de la posibilidad de hacerlo otra vez. Le insinue la posibilidad de haber hecho un trio con el chico de la playa y, para mi sorpresa la idea no le disgusto. Al final decidimos que si nos surgi la oportunidad lo hariamos.

Al dia siguiente volvimos a la playa, pero esa es otra historia.

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