El Matrimonio de al lado.
Esta es una historia absolutamente real, me ocurrio cuando estudiaba en la universidad. En esa época yo vivía en una pensión, era una casa de familia a la que le habían agregado unas piezas al fondo del patio, bastante lejos de la casa principal lo que las hacía muy independientes. Cuando yo llegué a esa casa me instalaron en una pieza, al lado había un pequeño departamento consistente en dos piezas y un baño común para ambas. Durante el día no supe quien era mi vecino pues estaba cerrado, me acosté como a las 12 y como una hora después sentí conversasiones y que abrían la puerta del lado. Cuando vives solo en pensión desarrollas una curiosidad automática por tus vecinos así que paré la oreja y me puse a escuchar tratando de mantenerme lo mas silencioso posible. Por las voces me dí cuenta que se trataba de una pareja de adultos, seguramente un matrimonio pensé (y no me equivocaba), que conversaban libremente ya que no tenían idea que la pieza del lado estaba ocupada, después de un corto rato escuché como caían los zapatos, abrirse los cierres y el deslizar de la ropa porque las paredes no eran muy gruesas que digamos, finalmente los ruidos de los cuerpos al meterse a la cama y como se quedaban conversando con la luz encendida (pude notarlo por el reflejo de la ventana).: la verdad es que se escuchaba todo, la respiración y los latuidos se me empezaron a acelerar, en esa época yo como estudiante pobre tenía muy pocas ocasiones de hacer el amor (además que era bastante corto) y pasaba todo el día (y para que decir las noches) muy caliente. Mientras sentía la conversación (solo entendía partes) me ibaentrando el calor en el cuerpo y la sangre se me agolpaba donde tu sabes produciendome un cosquilleo delicioso. De pronto escuche risitas y a ella preguntando ¿te gustó mi depilado? y algunos movimientos en la cama, lo que no pude aguantar y comencé a pasarme la mano al tiempo que echabva el cubrecama hacia atrás.
Al lado sintieron el ruido y se produjo un silencio total, se cortaron las conversaciones y yo medio asustado paré lo que estaba haciendo a pesar de estar caliente como brasa. Después de un rato de silencio escuche un movimiento en la cama y la luz que se apagaba. Pasó todo en silencio, durante mucho rato (tal vez horas) ni ellos ni yo nos atrevimos a mover un dedo.
Finalmente no aguanté más, pensé ¡a la cresta, si tengo ganas lo hago nomás! y comencé a pasarme la mano tratando de hacer el menor ruido posible. Esto no pasó inadvertido al lado, primero unos murmullos y ella contestó algo en tono medio quejumbroso, luego sentí clarito que se estaban besando. Esto me puso loco, imagínate, yo con todas las ganas y en la pieza del lado una pareja desnuda se besaba en la cama ¡y nos etábamos escuchando!. Yo cerraba los ojos con fuerza y contenía la respiración para no hacer tanto ruido, al lado sentí que los cuerpos se acomodaban primero ¡y luego pude escuchar que corrían la cama hasta quedar junto a mi pared!. Eso fué el colmo, mi imaginación volaba por todos lados mientras sentía crujir el catre en la pieza del lado. Ellos ya se habían soltado y respiraban fuerte con cada golpe que daban a la cama, yo sentía los cuerpos rozando y hasta golpeando contra la pared y de repente, escucho la voz urgente de ella diciendole ¡bajate!, su respiración se hacía cada vez más fuerte y comenzó a soltar quejidos, estaba acabando, yo bajé un poco la presión porque no quería irme tan pronto, luego escuché como ella le pedía con urgencia ¡métemelo, métemelo! mientras ponía su espalda contra mi pared. Después de un rato yo no pude aguantar más y me explotó lo que tenía en las manos con fuertes chorros de semen tibio, luego acabó ella que estaba como loca golpeando su cuerpo contra la muralla y finalmente su marido. La calentura era tanta que seguimos los tres sin parar hasta casi el amanecer, cuando finalmente me quedé dormido.
Al otro día estaba muerto de curiosidad por verlos, especialmente a ella, pero ya habían salido muy temprano así es que me quedé con las ganas. En la noche la cosa se repitió nuevamente, pero esta vez sin ningún preámbulo, ellos llegaron más tarde que el día anterior, se desvistieron rápidamente y se puesieron a hacer el amor mientras yo me imaginaba y me masturbaba que es un gusto.
Pasó casi un mes y todavía no los podía ver, parece que intencionalmente evitaban encontrarse conmigo a pesar que les hacía guardia, yo siempre he sido malo para levantarme temprano, especialmente si me pasaba toda la noche en mis prácticas pajeras así que estaba reventando de la curiosidad.
Finalmente se cansaron de jugar a las escondidas y aparecieron más temprano, nos cruzamos en la entrada y nos saludamos, bastante turbados y después cada uno para su pieza. Era un matrimonio entre los 30 a 40, ella tenía un lindo cuerpo y la cara ya era de mujer medio madura pero igual rica. El no tenía nada de particular excepto que era más paquetón y alto que yo (que mido 1.72m). Esa noche, después de un rato de silencio mandamos el recato a la cresta nuevamente y gozamos como chinos igual que siempre.
Al otro día, cuando me fuí a duchar me encontré en la llave de la ducha unos cuadros blancos chiquititos, como olvidados. Me los llevé para mi pieza y esa noche los empapé de semen cada vez que terminabamos, así que quedaron prácticamente almidonados. Esa misma noche, salí al baño y los dejé donde mismo los había encontrado. Los días siguientes fue todo un desfile de lencería que paso por mis manos y cada noche servía para lo mismo.
Como entraban al baño juntos muy temprano (no había peligro que me viera alguien a esa hora) empecé a planear como espiarlos en el baño, hasta que finalmente descubrí una brecha por la parte de arriba a la que podía llegar subiendome en el lavadero del patio. Cuando entraron al baño el otro día yo estaba comodamente instalado y los pude ver desde arriba, a ella con un body de raso y una especie de camisa de dormir de lo mismo, y el en slip. Intencionalmente hice un poco de ruido (solo lo necesario) para que se dieran cuenta que los estaba mirando. Ellos dieron un respingo y se cortaron un poco pero no miraron para arriba y ella tomó la iniciativa desnudandose completamente y abriendo la ducha. Luegos se metió el su mujer se colocó de rodillas y empezó a chuparselo, lo hizo acabar en su cara y se refregó el semen por el cuerpo como si fuera crema de belleza. Imagínate como estaba yo ahí mirando.
A todo esto un día nos encontramos en la playa y empezamos a conversar, algo cortos al principio pero después nos fuimos soltando. Lo peor fue cuando me contaron que el trabajaba en la mina de Chouquicamata, que ya estaba cerrando y que luego se tendrían que ir a Santiago. ¡No sabes como voy a extrañar a Arica! dijo ella y los tres sabíamos que lo decía con su qué.
Me gustaría terminarte la historia contando que nos juntamos los tres a hacer el amor, pero la verdad no fué así. A pesar de que cuando no nos veíamos perdíamos todas las inhibiciones, cuando estábamos juntos nos cortábamos y hacíamos como que no pasaba nada. Finalmente se fueron de la ciudad y me dejaron con el trauma que tu podrás imaginarte y con un sueño que todavía no he podido cumplir. Adivina cual es....
Bueno, si quieres después te cuento otra de mis aventuras si me mandas un mail a Jorge [email protected]