La Papelería de oficina (I).
Por Elvi
Soy Elvi, mexicana, y quiero contarles algo que me sucedió hace un pr de domingos, espero sea de su agrado:
Esta tarde de domingo habia hecho un calor muy fuerte, lo que en la mañana al ir a desayunar me puso caliente, pues llevaba yo una falda muy chiquita, con una blusa escotada negra, y al bajar del auto al caminar al restaurante algunos carros me pitaban y otro me lanzo un piropo; al llegar al lugar, quien creen que me veia insistentemente? La mesera¡¡¡ una chica guapa, de pantalones, y ojos coquetos
Luego, llegamos a casa, comenze a hacer el amor con mi marido, me sentia hambrienta de que me cogiera, de que sintiera yo como si todos aquellos que me habian mirado las piernas las nalgas al caminar, estuvieran ahi, fornicandome; pero el picaro de mi espos0o tenia otros planes; se detuvo, intempestivamente, y me dio "la cintas para las impresoras d ella oficina" tenemos que comprarlas hoy elvi, vistete; no lo podia yo creer, me estaba cogiendio riquisimo y ahora queria que me vestiría; me levante enfadada, fui a darme un duchazo, pero el calor entre mis pìernas seguia. A salir, él me sugirió "porque no te vas mis medias, al fin es aquí cerca, ponte algo ligero" y aunque no me gusta andar sin pantis, la idea, la exitacion y el calor que hacia, fueron mas que convincentes para ello
Ella atuendo: una blusita negra de tirantes escotada, una chiquifalda, de rayas gris, que se unta a mis nalgas como 2ª piel muy corta, casi solo me tapa las nalgas, y una zapatillas de plataforma, de tacon de ahuja. "te ves de a millon" dijo mi esposo; yo aun estaba un tanto enfada con él, pero luego, se lo agradeceria
Desde que sali de casa, para subirme al carro, pasaban unos chicos, que no dudaron en chiflar un piropo, eso me gustó; luego al llegar a la tienda, parece que "abri plaza" de toros cuando entré, los empleados, muchos de ellos muy jovencitos, se me quedaron viendo: mis senos se mostraban generosos con mi blusita, escotada, mis nalgas, mis piernas, todo, pero creo que principalmente, despedia yo olor a gata en celo
Entonces mi picaro marido me dijo al oido "no te gustaria fornicar con uno de estos chamaquitos, en su bodega, que te alzaran la faldita y " Mi propio esposo proponiéndome cosas indecorosas¡¡¡ pero la idea me mojo la entrepierna, traia una tanga negra. Mi movimientos en los pasillos se hicieron de andar con un contoneo de caderas; y de repente, lo vi, ahi estaba, observandome, mirándome con descaro, a unos pasos de mi..un absoluto y total desconocido, un atractivo joven de la tienda. Tenia que echar mis redes para atraparlo
Me dirigi a él preguntandole por algunas cosas, note que se puso algo nervioso; luego, intencionalmente, de pregunté por unos folders, que sabia yo estaban del otro lado, y acepto llevarme, me las ingenié para ir delante d eél dejando que me mirara "mi mejor atractivo" dicen por ahi, al llegar al lugar, me adelante 5 pasos, y sin mas, me agache en escuadra, y si ya de por si se me habia trepado con la caminata, al agacharme me vio, todo, él ya no pude mas y se me repego por detras, senti su pene duro a traves del pantalon.
- Que pasa? le dije, dime lo que quieres,
- Quiero fornicarte mamita, contestó
Me rei, lo tomé de la mano, y fuimos al baño de hombres, que a esa hora realmente esta muy solo, aun cuando la idea de ser descubiertos me daba miedo,,,y exitación
Me besó apasionadamente, sus manos recorrian mi cuerpo, y las mias el suyo; pronto empezo a levantarme la faldita y meter su mano, me tomo descarado de las nalgas, tallandome contra su pene, que estaba durisimo.
Casi me arranca las braguitas, y yo, en desquite, desabroche su pantalon de mezclilla, y agachandome, mmmm, puse ese enorme tesoro entre mis labios, para darle una mamada de pronostico, pero el no pudo mas y estalló, senti que litros y liutros de liquido seminal salina de su pene, quise acoparlo en mo boca pero era insuficiente.. escurria ya por mi menton y cuello.
Se separo un poco, mientras yo me reia, y me inclinaba sobre el lavabo para enjuagarme, no se que tonterias y palabras cruzamos, pero seguramente la vision de ver mis nalgas, inclinadas sobre el lavabo, con unas zapatillas negras parándolas mas, creo que fue el ingrediente suficiente (ademas de la edad del chico) para que sin mas, me rodeara con sus fuertes brazos por atrás, y me repegara su falo a mis nalgas, yo acepte el juego y empece a menearsme a aprtar mis nalgas con la verga, que despertaba rapidamente, ñél me metia la smanos en y bajo la blusa, quitándome el sosten y masajenado mis pechos y pezones erectos y muyyy calientes
ya tenía el miembro erguido de nuevo, abrí mis piernas, estaba lubricada al máximo, y le ordené que me mamara. Primero se acercó expectante, lamió los labios mayores, los menores, cuando llegó al centró me penetró con su lengua filosa, la metía y la sacaba, me vine en gritos,
Luego, si dar descanso. él se acomodó sobre mí, dirigió su verga a mi orificio y me penetró hasta el fondo, llevaba un buen ritmo, sentía su aparato y el placer volvía.
- Así, si, más, mi amor, soy tu puta
- Te gusta
- Sí, sí, sí, sí, sí
Nos metimos a una privado, él se sentó en la tasa del baño, cerrando la tapa, y yo encima de él, frente a frente.
Casi tuve mi segundo orgasmo al sentir su enorme pene clavarse (no sin antes ponerse un condon que traia yo), y sin dejarlo mover lo volteé y aún montada en su pene, comencé a cabalgarlo. Ahora yo llevaba el ritmo, fui disminuyendo el ritmo hasta parar, me la clavé bien profunda, cerré los ojos y la sentí tan en mis entrañas, varias veces subí el ritmo y lo bajé hasta que Miguel (asi se llamaba luego supe) me tomó de la cintura y me movía violentamente, queria destrozarme con su pene, mientras nuestras lenguas libraban feroz batalla, hasta que sentí su lava caliente en mí. Estalle casi enseguida.
Asi nos quedamos un rato, exhaustos sudando, él se medio incoporó, soy Miguel me dijo; yo solo le dije yo soy tu sueño erotico; y casi sin chistar, me enfunde la blusita, la faldita, y tome el sosten en mi mano, saliendo, dandole un beso fugaz no le di mi nombre, ni supo nada mas de mi en ese momento; queria yo dejarlo asi, como un encuentro frenetico con un total desconocido....desde hoy, me propongo acompañar a mi marido a sus compras a las papelerias.
Afuera estaba mi esposo, quien al verme caminando con una sonrisa inmensa hacia él, sin medias y con un brillo en los muslos, supo que habia resultado su plan el muy ladino.
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