Diario adolescente (II).
Me llamo Adan y tengo 13 años, todo lo aquí acontecido es del periódo de mi vida más interesante.
El diario lo empecé a escribir mucho antes de la fecha marcada, aunque lo escrito carece de interés alguno.
Lo mejor empieza ahora .....
Continuación de la mañana del día 17 de Mayo de 1997.
........... De repente, más indicios de que alguien llegaba, Monica, instintivamente saltó trás recuperar su uniforme detrás del biombo, se sorprendió mucho al verme y yo debido a mi timidez y la rapidez con que sucedían los hechos también sonroje y me corté un poco.
La muchacha se tapó como pudo, lo cual no fue suficiente dejando al descubierto su monumental culo y parte de sus enormes tetas.
Con sumo cuidado mire quien acababa de entrar en la habitación, era mi tia Silvia, venía a cambiarse de vestido para ir al dentista (llegué a esta conclusión al mirar el reloj, ver la hora y acordarme de que lo había comentado durante el desayuno).
Mi tia comenzó entonces a desnudarse, yo detrás del biombo con una morenaza de aquí te espero y más caliente que el Duque de Feria en una guardería, no puede contenerme y en un primer intento me agarré con fuerza a las tetas de Monica, ella me dió un manotazo y yo al ver su rechazo la tocaba más, por todas partes.
Al ver que no podía salir por que la podía descubrir mi tia Silvia, ni podía gritar o moverse mucho, optó por suplicarme que la dejase en paz medio llorando, yo me atemorize un poco y la deje, en ese momento mi tia se mete en el servicio aunque con la puerta abierta, Monica con sigilo se acerca al borde del biombo y para ver donde está mi tia se echa un poco hacia delante dajandome el culo a la vista y en una posición de tiro seguro, no pude resistirme aunque lo intenté (al menos durante 0,3 segundos) y la empiezo a lamer el chochito y el agujerito del culo, era un sabor distinto a todo lo que había comido antes, me dí cuenta que le gustó, pero no se atrevió a seguirme el juego y me empujo de tal forma que casi caigo fuera del biombo, entonces se asustó por creer que podía ser descubierta y atemorizada, salió sin pensarlo del biombo hacia la puerta, cuando mi tia salía del baño, entonces Monica saltó debajo de la cama. Suerte que mi tia se había lavado la cabeza y salía secandosela con una toalla que le tapaba la cara.
Yo aún detrás del biombo, aproveche la misma situación para saltar también debajo de la cama, pero ante mi sorpresa, Monica me empujó hacia fuera y casi soy descubierto.
Consigo entrar y enfadado con la mulatita, por haber intentado descubrime a mi para salvarse ella, la agarro con fuerza y la digo que grite si quiere, ella me esquiva pero el espacio allí es menor que en el biombo, por lo que la cojo sin mucha dificultad, y trás bajarme los bermudas que llevaba, se la introduzco de espaldas a mi por el culo, ya que no dejaba de moverse y erré el agujero, ella se tapó la boca para no gritar, aunque seguía luchando por liberarse, sin darse cuenta que lo unico que conseguía era facilitarme la labor debido a sus movimientos hacia adelante y hacia atrás, yo no me lo podía creer, estaba sintiendo un placer increible, nunca antes experimenté nada igual (no comparable ni a la mejor de las pajas).
Opté por palparle las preciosas y enormes tetas al unisono con la embestida anal, eran blanditas y muy suaves, llegando ya casi al culmen creí oportuno acariciarle también el chochete, aunque ella se movía cada vez más bruscamente, estaba empapada, su chuminito era una autentica catarata de fluidos, era sensacional, para terminar aceleré al maximo, metiendo mi polla en su culo cada vez con más fuerza, noto como el liquido que sale de su chochete, resbala hacia su ano facilitandome la introducción del miembro, mi polla a crecido al máximo dentro del ano y el roce de mi glande contra las paredes rectales es de la sensación más gozosa que he sentido nunca. Me corro dentro de Monica al tiempo que aprieto con fuerza sus tetas con una mano y le introduzco un par de dedos con fiereza por la vagina de forma refleja al orgasmo. Noté que la negrita sintió placer sobre todo en el último momento, pero no podía reflejarlo ante mí. Por lo tanto permaneció tumbada sollozando y golpeandome durante un tiempo, mi tia había salido de la habitación, seguramente, hacia ya un rato pero ninguno nos percatamos de ello.
Monica salió de debajo de la cama se vistió y trás insultarme y pegarme unos cuantos tortazos que pude parar, dejó la habitación.
Permanecí un rato allí, pensando en lo que había echo y me acordé entonces de mi prima Sandra, me asomé a la ventana y la vi allí abajo, en bikini, tomando el sol y dejando entre ver un cuerpo delicado y bonito. Por lo que no perdí la oportunidad, ononasticamente hablando, de sentir placer ante aquella visión, recordando al tiempo, a la candorosa morenita de Monica, que tanto placer me dió en un día que no olvidaré jamas.
Noche del día 17 de Mayo de 1997.
Por la noche, mis tios y los vecinos salían a cenar con el coronel del cuartel donde están ambos cabeza de familia destinados.
Llegamos a la casa de al lado, pensaban dejarme con los hijos de los vecinos que tenían una niñera. Nos abrió la puerta una mujer algo más joven que mi tia, pero más rellenita, pelo rubio largo y ojos verdes.
Sus pechos eran enormes, equiparables a su enorme culo, vestía un traje de noche negro escotado muy pegado al cuerpo mostrando unos muslos prominentes.
La verdad es que me recordaba a una actriz italiana llamada "Serena Grandi".
Lo que le daba cierto morbo. Resultó llamarse Lidia. Trás ella estaba su marido, Sebastián, un hombre fuerte y alto, de cuerpo atlético, más parecido a un militar que el tonelete de mi tio Ramón.
Pasamos al salón donde estaban Borja, un chico con cara de pijo listillo y su hermana Marta, una niña de 12 años (yo tengo 13), que me gustó mucho, guapa, con clase (ropa de marca) y muy simpatica y atenta con las visitas.
En ese momento llamaron a la puerta, era Estefanía, la niñera, una chica gordita, de 18 años de edad (aunque aparentaba menos), pelo corto, llevaba un top y un pantalón vaquero roto que dejaban imaginar sin mucho esfuerzo unas grandes tetas, un culazo y unos pedazos de muslos, al hablar se notaba que era algo macarrilla.
Los adultos se fueron, Estefanía, mandó acostar a Marta, por ser la pequeña, ésta aceptó sin ninguna pega. Borja y yo, nos quedamos viendo la tele con ella Y ..........
CONTINUARA .............
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