El Jefe de familia (II).
Roque había gozado tanto el polvazo echado, que recién se daba cuenta que ellos no estaban solos en la casa, también estaba Ana su hija soltera, pero le restó importancia porque su hija era de sueño pesado, dormía como hasta las 10:30 de la mañana y además el cuarto de Ana se encontraba en la planta baja mientras que el suyo se encontraba en el 1º piso.
De aquí en adelante Roque no perdía oportunidad en la que se encontraba a solas con Dora para manosearla, robarle algún beso y decirle lo que le iba a hacer la mañana siguiente cuando fuera a llevarle el desayuno.
A todo esto Ana todavía no tenia conocimiento de que algo raro estuviera pasando entre su padre y su tía. Hasta que un día, Ana se despertó mas temprano que de costumbre, miro el reloj que tenia en la mesilla de luz y eran las 8:15 AM , entonces trato de dormir un poco más pero no podía conciliar el sueño nuevamente, por lo que decidió levantarse. Como no acostumbraba levantarse a esa hora comenzó a pensar que era lo que podría hacer para pasar el rato, se preparo el desayuno y decidió proponerle a su tía salir de compras a un hipermercado de la ciudad. Le estraño no ver a Dora por la cocina a esa hora así que fue a buscarla a su cuarto para despertarla si todavía se encontraba dormida. Fue a su cuarto pero lo encontró vacío, fue al cuarto de lavandería pero tampoco estaba, entonces subió al 1º primer piso a ver si la encontraba por ahí, al pasar por la puerta del cuarto de su padre sintió voces dentro por lo que se acerco pensando que estarían ahí dentro charlando su padre y Dora. Cuándo estaba a punto de golpear en puerta pudo sentir a su padre que decía -¡Dora chúpamela más fuerte que estoy por acabar!, esto le hizo alejarse de la puerta con una sensación de asco en su boca, quería correr pero sus piernas no le respondían, desde el interior del cuarto salían gemidos y pequeños gritos de placer que le hacían sentir emociones encontradas, por un lado le parecía mal lo que su padre y su tía estaban haciendo pero por otro lado comenzaba a sentir un cosquilleo en su bajo vientre que le obligo a llevarse una mano a la entrepierna, constatando que estaba mojando su pantaleta. Sus hormonas le estaban pidiendo que disfrutara de la situación, por lo que decidió entrar en el cuarto de al lado del de su padre para acceder al balcón que compartían éstas habitaciones y tratar de observar la escena que se estaba llevando en el cuarto de su padre. Se asomo sigilosamente a la ventana y el cuadro que vio le impacto, estaban los dos desnudos, su padre se encontraba sentado al borde de la cama y en el piso arrodillada se encontraba su tía mamándole la polla frenéticamente. Al rato de estar mirando, Roque le dijo a Dora que estaba por venirse a lo que ella sacándoselo de la boca le respondió que quería la descarga sobre sus pechos. En éste momento Ana pudo contemplar por completo la gran herramienta que tenia su padre y le pareció enorme, como que no correspondiese a un hombre mayor como él, esto le éxito al máximo. Observo como su tía le meneaba el rabo a su padre con una mano, mientras él, tensando todos sus músculos, comenzó a gemir de placer y a escupir lechita calentita sobre sus grandes pechos, parecía que nunca se le acabaría el polvo. Mientras tanto, Ana se acariciaba el clítoris en medio de un mar de jugos que desprendía su chocho y cuando estaba a punto de acabar decidió salir de ahí por miedo a que en el descontrol del orgasmo se le escapara algún gritito de placer que la dejara al descubierto. Ana se fue a su dormitorio y ahí si se corrió a sus anchas recordando lo anteriormente visto.
Ana nunca había tenido sexo con un hombre, siempre se reservo para su príncipe azul y sus relaciones nunca duraban mucho porque todos los hombres se la querian follar a las pocas citas y ella solo quería después del matrimonio.En su vida había tenido muchos pretendientes ya que era una mujer muy bella y con buenas formas, pero su posición con respecto al sexo le habían llevado a lo que ella era ahora, una solterona. Después de la experiencia vivida con su padre y su tía, Ana se despertaba en las mañanas temprano y no podía resistir la tentación de subir al 1º piso para ver si podía pescar a su padre follandose nuevamente a su tía. Los encontraba muchas veces follando y ella siempre terminaba masturbándose en su cuarto después de observar el espectáculo. También comenzó a preocuparse de observar a su padre detenidamente, en su juventud había sido muy apuesto, era alto, fornido, todos sus músculos en su lugar, con mucho pelo en el pecho, era un verdadero macho y sentía celos de su tía que gozaba mucho con su padre cuando se encontraban en el cuarto de éste. Sus celos le llevaron a idear un plan para que su padre le prestara más atención a ella, aunque todavía ella no sabia muy bien para que. La mañana siguiente se levanto antes que su padre bajara a la piscina, se puso un biquini muy pequeño y se fue a tomar el primer sol de la mañana acostada al lado de la piscina. Cuando llego su padre éste se extraño de ver a su hija levantada a esas horas, le saludo y le pregunto que bicho le había picado para caerse de la cama tan temprano, ella le dijo que había tomado la decisión de bronsearse la piel, ya que era muy blanca y que a esas horas el sol esta muy suave y no le haría daño a su piel. Su padre antes de zambullirse contemplo el cuerpo de su hija y le elogio la figura diciendo que él y su madre, que en paz descanse, había hecho una gran obra de arte al consebirla a ella, a lo que Ana agradeció el piropo con otro, diciéndole que su figura se la debía a que él era muy apuesto, fuerte y musculoso. Su padre agradeció el cumplido y se tiro al agua. En un momento de descanso de Roque en su ejercicio, Ana le pregunto si no le importaría que se quitase la parte de arriba del biquini para broncearse pareja, a lo que él le dijo que si a ella no le importaba que él no tenia ningún problema. Ella se lo quito y quedaron a la vista de Roque un buen par de tetas que se notaban bien firmes, tenia unos pezones pequeños pero bien salidos para fuera, Roque seguía nadando y de vez en cuando la contemplaba cuando ella cerraba los ojos. Cuando termino con sus piletas diarias y se disponía a regresar a la casa, Ana lo llamo y le pidió si le podría poner loción bronceadora en su espalda que el sol ya había empezado a calentar más y por el agujero de ozono más vale prevenir que curar. Ana se puso de espalda apoyada en sus codos y el padre a su costado pronto para realizar el trabajo encomendado, unto sus manos con loción y comenzó a pasarle por los hombros y espalda. Aprovechando que su hija no lo podía ver, Roque observaba el culo de su hija que era hermoso, la tanga que tenia se le metía bien en la raya y sus nalgas estaban expuestas al máximo, la polla de Roque ya empezaba a crecer sin que él pudiera hacer nada por evitarlo. En plena faena, Ana le pidió que también le pasara loción en sus piernas y trasero, al decirle esto su polla creció un poco más, esparció un poco de loción en cada nalga y comenzó a fortarcelas lentamente, Ana respondió ante el toqueteo cambiando su ritmo de respiración, esto su padre lo percibió y se animo a aumentar el manoseo en el culo de su hija, la situación se salió de control cuando ella abrió un poco las piernas y un aroma que Roque conocía llego como un impulso eléctrico que le catapulto la polla a una erección enorme que le dolía al estar apresada dentro del traje de baño, no aguanto más y le bajo la tanga sin que ella se opusiera en lo más mínimo, ante esta respuesta de parte de su hija se animo, se quito el pantaloncillo y le dijo que viera como lo había puesto el contacto con su cuerpo joven y firme, a Ana se le salían los ojos al ver tremenda polla a centímetros de su cuerpo y no atinaba a nada, su padre le comenzó a acariciar las tetas con una mano y con la otra le acariciaba la raja, Ana comenzó a gemir del placer que le estaba dando su padre.
Cuando los dos estaban bien calientes, Roque se puso sobre ella e intento clavársela pero obtuvo resistencia, su sorpresa fue mayúscula su hija todavía era virgen por lo que recapacito y se retiro, Ana protesto por la retirada, pero su padre le dijo que seria demasiado quitarle la virginidad a su propia hija, Ana le rogó por favor que la hiciera acabar que no quería que se terminase así y su padre le dijo que si estaba dispuesta el la podía hacer acabar clavándosela y que aun seguiría virgen, Ana ya se imaginaba por donde venia la mano y le dijo que hiciera lo que quisiese pero que quería acabar y que el también acabara.
Roque la hizo poner en 4 patas se unto la polla con loción bronceadora y poniéndose atrás le ataco el culo violentamente, con una mano le acariciaba el clítoris para apaciguar el dolor que debería estar sintiendo y con la otra le aferraba el cuello para impulsarse contra ella, después de unas cuantas embestidas Ana acabo entre gritos y Roque al sentir como gozaba su hija también acabo llenándole el culo de luche en tanta cantidad que al sacársela le choreaba entre las piernas. El se despidió con un beso en el cuello y la dejo tirada al costado de la piscina boca abajo con el ojete en rojo vivo y una sonrisa de oreja a oreja.
Continuara........