Madre poco usual (I).
Hola amigos, me llamo Carlos y estaba leyendo algunos de los relatos del marqueze cuando me decidí por fin a enviaros mi historia, que es absolutamente real.
Voy a contaros las relaciones que tuve con mi madre, pero antes voy a introduciros un poco la historia.
Mi madre es muy joven, tuvo a mi hermana de 18 años con sólo 14 años y a mi que tengo 16 con sólo 16 años, es decir, que ahora tiene 32 años.
A pesar de tener 32 años y haber tenido 2 hijos mi madre está buenísima, tiene un cuerpo inmejorable.
Mi padre nos abandonó al poco de nacer yo, y desde entonces mi madre ha tenido muchos novios, un aspecto que me excitaba muchísimo porque pensaba que era una diosa del sexo.
Tenía el pelo largo y rubio, con unas tetas enormes y muy bien puestas y una cintura y un culo perfectos.
Un día se presentó a un concurso de belleza de gente de más de trenta años en el que le tomaron las medidas y eran 105-90-61.
Realmente mi madre es muy apetecible, y os aseguro que parece que tenga 20 años.
Sus pechos eran los mejores pechos que había visto nunca, eran enormes pero no estaban nada caídos, sinó que eran duros y estaban muy bien puestos.
Tengo que reconocer que yo tampoco aparento 16 años, ya que mido 1.83 cm. soy bastante fuerte porque practico mucho deporte y me cultivo en gimnasio, y además he tenido bastantes experiencias sexuales a pesar de mi corta edad.
Esto que voy a contaros me pasó este verano, hace más o menos 20 días.
Mi madre y yo estábamos en una piscina comunitaria pero que curiosamente ese día no había nadie. Estábamos uno al lado del otro tomando el sol, yo llevaba tansolo el bañador y ella un viquini super provocativo. Era uno de esos que la parte de abajo es un finísimo y pequeñísimo tanga y la parte de arriba está compuesta por dos triangulitos que apenas tapan los pezones.
Yo la miraba de reojo y me daba cuenta de lo buenísima y apetitosa que estaba.
No paraba de repetirme por dentro que era mi madre pero eso aún me excitaba más.
También me excitaba muchísimo imaginarme a mi madre haciendo el amor con otros hombres y la idea de que sería una gran experta del sexo, tengo que reconocer que mi madre era bastante zorra.
Yo seguía mirándola y cada vez estaba más excitado, llegando al extremo de que mi pene casi no me cabía dentro del bañador de lo erecto que estaba hasta que finalmente no pude resistirme más, me puse encima de ella y comencé a besarla.
Ella me preguntó que si me sucedia algo o me había vuelto loco, pero yo sin responder le quité la parte de arriba del viquini y comencé a chupar y besar sustetas.
Pasaba mi lengua por encima de sus hermosísimos senos y succionaba sus duros pezones tocándoselos también con las manos.
Ella me pedía que parase pero se le notaba que también estaba disfrutando ya que no insistia mucho ni intentaba apartarme.
Yo seguía jugando con sus pechos cuando ella introdujo su mano dentro de mi bañador y me agarró durante unos segundos mi erectísimo miembro, comprobando así lo excitado que estaba.
Mi madre consiguió hábilmente ponerse encima mío, y poniendo su boca delante de mi pene empezó a chupármelo. Metía y sacaba mi pene de su boca una y otra vez, cada vez más rápido, y os aseguro que nunca nadie me la había chupado así.
Tenía muchas ganas de correrme pero me aguantaba porque quría que durase más.
Cogí a mi madre y la estire en el suelo con suavidad, y entonces le quité la parte de abajo del viquini y me quité el bañador.
Coloqué mi boca delante de su coño que estaba afeitado por los lados y era muy apetitoso y empecé a chupárselo.
Recorria su delicioso sexo con mi lengua y notaba como éste estaba completamente húmedo.
Cuando los dos estuvimos muy excitados la agarré del culo con firmeza para poder hacer más fuerz y la penetré hasta lo más hondo.
¡Ahhh, ahhh, ahhh, ahhh, ahhh, ahhh, ahhh, mmm, mmm, nnnn,ohh, sigue, ahh!.
Ella gemía intermitentemente a medida que yo sacaba y metía mi pene, y mientras hacía esto aprovechaba para manosearle sus enormes pechos.
Seguí penetrándola cada vez más alto hasta que finalmente me corrí delante suyo alcanzando los dos un grado de satisfacción inmejorable:
Ahhhhhhhhhhhhh.
Estabamos los dos descansando en el suelo uno al lado del otro recuperándonos del gran esfuerzo que habíamos hecho, pero al cabo de sólo unos minutos mi madre empezó a acariciarme mi miembro y no le costó mucho conseguir que este se pusiera erecto y dispuesto a más.
Puse a mi madre a cuatro patas y coloqué mi pene en la entrada de su ano, y cogiéndola de las caderas lo penetré de un terrible empujon.
¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!
Ella gitó del dolor que sentía al ser penetrada por mi enorme verga, pero cuando empecé a meterla y sacarla de su ano el dolor fue convirtiéndose cada vez más en satisfacción hasta que fue lo único que notó.
La penetraba cada vez más rápido y con más fuerza y ella se agarraba y se apretaba las tetas para producirse más satisfacción todavía.
Finalmente la penetré aún más intensamente, tanto que casi la levanté del suelo, y entonces me corrí experimentando un gustazo tan increible que no podía creerlo.
Al cabo de unas horas volvimos para casa y hablamos sobre lo que había pasado, acordando que no podía volver a pasar. Ese había sido el mejor polvo de toda mi vida y...aunque digimos que no volvería a pasar, estoy seguro que volveremos a hacerlo y espero muy ansioso...
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