Madre poco usual (III).
Hola amigos, el relato que os cuento hoy es, supongo, la última parte de una madre poco usual, ya que os contaré como hace tres días abusé sexualmente de mi madre por seguna vez, y esta vez me ha dicho que si vuelvo a hacerlo aunque sea su hijo me denunciará a la policía.
Esta vez he incluído un canvio, aunque me ha costado muchísimo convencer a mi madre he conseguido que esta vez os cuente ella misma lo que sucedió, he conseguido que ella os cuente paso a paso como abusé de ella.
Mi madre, aunque me ha dicho que si vuelvo a hacerlo me denuncia, no sigue enfadada conmigo, y hemos vuelto a la vida normal.
Antes de comenzar con el relato os diré que si queréis saber como somos físicamente mi madre y yo sólo tenéis que leer alguna parte anterior de "Una madre poco usual".
Clara: Era un sábado por la mañana, yo aún estaba en la cama porque era muy pronto, más o menos las 7:00 AM. Estaba metida en mi cama vestida sólo con un tanga y un camisón blanco que me llegaba un poquito más abajo de la cintura.
En ese momento mi hijo entró en la habitación vestido sólo con un calzoncillo, y cerró la puerta. Le pregunté que quería, pero él sin mediar palabra entró en mi cama y se puso encima mío. Yo un poco asustada volví a preguntarle que quería, y él me dijo que estaba en su habitación excitándose pensando conmigo, y que había decidido venir aquí a satisfacer sus necesidades.
Instantes después mi hijo comenzó a besarme con gran excitación en los labios y en el cuello, mientras que con sus manos me sobaba todo el cuerpo.
Yo intenté sacármelo de encima, pero no podía, pesaba demasiado. Mi hijo seguía toqueteandome en contra de mi voluntad, y yo comencé a suplicarle que me dejase en paz a la vez que seguía intentando sacármelo de encima. Él parecía poseído por el deseo, y me decía que en el fondo yo también estaba disfrutando con lo que me hacía, pero lo cierto es que me sentía muy mal porque mi hijo estaba abusando de mi por la fuerza.
Mi hijo consiguió quitarme el camisón por la fuerza, dejando mis pechos al descubierto, y empezó a sobármelos y chupármelos.
Yo seguía diciéndole que me dejara en paz, pero el chupaba mis tetas y me las tocaba cada vez más excitado.
Mientras que seguía jugando con mis pechos, una de sus manos me acarició todo el cuerpo hasta llegar a mi tanga, e introdujo su mano por dentro de él. Entonces empezó a acariciarme mi coño que tenía los laterales afeitados desde el día antes, sin dejar de sobarme las tetas ni por un instante.
Finalmente sacó la mano de dentro de mi tanga, me agarró fuertemente el culo con sus dos manos, y me lo apretó fuertemente contra la gran erección que tenía dentro de su calzoncillo a la vez que decía: -¿notas mi erección?, pues ahora la vas a notar dentro de ti-.
Yo le supliqué que no lo hiciese, pero él no me escuchó...
Me quitó el tanga con brusquedad a la vez que se quitaba los calzoncillos, puso su polla delante de mi coño y me penetró de un empujón. Yo di un grito de dolor y una lágrima empezó a resbalar por mi megilla.
¡¡Oh, oh, oh, oh, oh!! Él empezó a meter y sacar su polla cada vez más rápido y con más fuerza. Yo gritaba de dolor cada vez que la metía, pero mi hijo ni se inmutaba.
Mientras que metía y sacaba su polla de dentro mío me toqueteaba y chupaba las tetas sin cesar. Yo me sentía fatal, la idea de estar siendo violada por mi propio hijo me repugnaba.
Él siguió penetrando cada vez con más fuerza mientras que me decía: -sé que a ti también te gusta mamá, no intentes disimularlo-.
Yo volví a decirle que me dejase en paz, pero él metía y sacaba su polla de dentro mío cada vez más rápido. Finalmente, me volvió a agarrar el culo con las dos manos, y penetrándome más hondo que nunca soltó toda su leche calentita.
-Ahhhhhhhh, ahhhhhhhhhh- A mi eso me dolió mucho pero él parecía estar disfrutando muchísimo.
Cuando había terminado, nos quedamos los dos estirados en la cama totalmente agotados, pero cuando había pasado un rato él volvió a ponerse encima mío, puso su boca delante de mi coño y comenzó a chupármelo.
Me lo chupaba y mordisqueaba e incluso me penetraba ligeramente con la lengua, y yo seguía diciéndole que me dejara en paz, que si no había tenido suficiente, pero él siguió chupando hasta que noté que volvía a tener la polla erecta.
Entonces me dio la vuelta, puso su polla delante de mi culo y con gran fuerza me penetró por detrás.
-¡¡¡¡Ahhhhhhhhhhhhhhh!!!! yo di un gran grito de dolor, y sin poder remediarlo empecé a llorar desconsoladamente, pero ya no me quejaba, me había cansado de suplicar y había decidido someterme a todo lo que me hiciera mi hijo.
Él comenzó a meter y sacar su polla de dentro de mi culo, ycada vez lo hacía más rápido y con más fuerza. Me cogía fuertemente de la cintura para que no me moviese, y me penetraba con tanta fuerza que yo notaba mucho dolor.
Mientras que él sentía metiéndomela por detrás yo no podía parar de llorar, y de pensar lo horrible que estaba siendo esa experiencia para mi. Mi hijo y yo habíamos tenido relaciones en dos ocasiones más, la primera estuvimos los dos deacuerdo en acostarnos y la segunda él me violó pero como la verdad es que yo también quería hacerlo no me enfadé demasiado, pero esta vez estaba muy triste por lo que estaba sucediendo.
Él siguió penetrándome hasta que penetrándome más hondo se corrió por segunda vez llenando mi culo de semen.
Después de eso se dió por satisfecho, y yo me di una larga ducha para sentirme más limpia. Al salir hablé un buen rato con mi hijo, él me pidió perdón arrepentidísimo, y yo le perdoné, pero le dige que si volvía a hacerlo le denunciaría. Más tarde me dijo que si quería explicar lo ocurrido y enviarlo a esta página web, y yo me negué en un principio, pero finalmente creí que me ayudaría a quitarle importancia a lo ocurrido, y decidí hacerlo.
Bien amigos, ya habéis oído la historia, si queréis hacer alguna pregunta a mi o a mi madre sólo tenéis que escribirnos a nuestro e-mail.
Mail: [email protected]
Nick: Condor y su madre Juliet. .