El Cachorro.
La siguiente narración se basa en un hecho real, y como siempre y por no perder la costumbre los nombres de las personas y lugares han de ser cambiado, para no perjudicar a los inocentes ( si es que ahí alguno ). Cualquier semejanza con algún hecho real, es únicamente mal sana y morbosa coincidencia.
Nuestro relato se inicia unos siete años a tras, en la casa de la prestigiosa familia Carmona, Don Andrés Carmona es un empresario que ya se retiró y de vez en cuando le da por correr mundo con su señora esposa Doña Asunción, los dos son los felices padres de dos jovencitas Mari la una, y María la otra, era el año de Nuestro Señor 1996, cuando el viejo Don Andrés decidió adquirir un perro para que les ayudase a proteger su casa cuando toda la familia se encontraba fuera, por lo que se dirigió a la tienda de animales y compró y cachorro de Gran Danés al cual llamó León por su color más que por otra cosa, para esa fecha las niñas tendrían 17 y 16 años respectivamente, desde la llegada a la casa de León de inmediato por decirlo de alguna forma las jóvenes lo adoptaron, llegando hasta dormir con el chucho en su cama.
Pasó el tiempo y la bestia rápidamente alcanzó su madures, pero no dejaba de comportarse como un perro faldero, debido a lo mal criado que lo tenían las dos jóvenes, como Mari y María prácticamente vivían solas en la casa la mayor parte del tiempo, se acostumbraron a caminar por toda su casa muy ligeras de ropa y en ocasiones hasta completamente desnudas sobre todo cuando sabían que sus padres no llegarían por encontrarse de viaje, de igual forma las dos fueron mutuamente conociendo sus cuerpos debido a lo que había comenzado como un juego "inocente", cuando Mari la mayor recién cumplía sus 15 años. Al principio la cosa no pasaba del consabido juego de manos entre hermanas, pero eso fue dando paso lentamente al placer de disfrutar del calor y el aroma de otro cuerpo, al roce de los dedos por sobre la piel, y a un conjunto de sensaciones hasta esos momentos desconocidas para las dos hermanas. María a pesar de ser la menor, siempre fue la que llevó la voz cantante y fue la primera en solicitarle directamente a la otra sin tapujos ni escusas de juegos tontos que la hiciera pasar un buen rato, Mari algo mojigata al principio se hiso la tonta, pero una vez que María le habló claro la complació, y desde esa época las nenas son las mejores amigas. Es cierto que las dos nunca se encontraban completamente solas en casa, por lo general las acompañaba o una tía vieja y solterona adicta a los rosarios de las siete, además de una empleada domestica la cual desde el inicio tan solo se limitaba a limpiar y cocinar.
Para cuando Don Andrés Carmona trajo a su casa a León ya las nenas contaban con un amplio bagaje sexual ya que debido a eso las dos eran sumamente populares entre sus amistades de ambos sexos, no había conocido o amistad que ya las dos no se hubiesen pasado por entre sus piernas o boca, fuera hombre o mujer, en ocasiones realizaban competencias o apuestas entre ella para ver cual de las dos se acostaba primero con determinada persona, en fin las dos eran un par de putitas de marca mayor, pero desde que León llegó a la casa fue tratado como un niño pequeño, desde muy cachorro le mandaban hacer ropa con la que lo vestían como si fuese un muñeco, pero nunca durante los tres primeros años que el perro llevaba viviendo con ellas se les ocurrió hasta esos momentos a ninguna de las dos el tomar a León en cuenta como para pasar un buen rato sexual, no fue hasta que un día la más joven María se encontraba conectada al chat de Fidonet alguien le pregunto si alguna vez lo había hecho con un perro o cualquier otro animal, ella indignada mando para buen sitio a quien le formulo la pregunta, esa persona se disculpo, y le refirió para que leyese los relatos relacionados con ese tema, al principio la sola idea le causaba asco, pero la curiosidad la llevó lentamente a leer ese tipo de relatos a los cuales le fue tomando el gusto, luego buscó con avidez las paginas donde se encontraban fotos o videos de relaciones de humanos con animales en particular de mujeres con perros. Cierta noche que las dos se encontraban ociosas se pusieron a jugar entre ellas, fue cuando aprovechó María para traer a la consideración de su hermana la idea de mantener relaciones con un perro el cual desde luego sería el bueno de León, al principio la reacción de Mari fue similar a la de su hermana, pero rápidamente aceptó que desde hacía tiempo venía pensando en ello, soló que nunca se había atrevido a comentarselo por temor a que su hermana la tachase de enferma sexual, a partir de esos momentos las dos buscaron toda la literatura y fotos relacionadas se inscribieron en un sitio en la internet que se dedicaba a mercadear ese tipo de productos, y por último informalmente lo hablaron con su ginecólogo de ellas y con la veterinario de León, el ginecólogo les habló hasta de enfermedades mentales relacionadas con esa practica, mientras que la veterinaria se limitó a decirles que una buena higiene y una buena crema antibiótica de la cual le dio una muestra gratis, evitaba cualquier tipo de problema en las mujeres que al igual que ella de vez en cuando les gustaba experimentar con los mejores amigos del hombre y de la mujer desde luego. Mari que fue la que le preguntó, no entró en cuenta hasta que salió del consultorio de la veterinaria y llegó a su casa, de lo que le había dicho la Doctora. Luego de discutirlo con su hermana menor las dos decidieron que esa tarde que no se encontraba nadie en la casa aparte de ellas, experimentarían con León.
Siguiendo alguno de los relatos al pie de la letra, se prepararon de forma y manera tal de tener todo listo y previsto para el caso de una emergencia, lo primero era excitar al perro pero desde que lo tenían de cachorro jamas había tenido ningún tipo de conducta sexual por lo menos delante de ellas, por lo que María como era la más salida y presentada una vez que se decidió llamó al perro y comenzó a bañarlo con detenimiento, ya había terminado de bañarle gran parte del cuerpo del can cuando su atención se centró en el miembro de este, cuando ella comenzó a tocarlo León se quedó totalmente tranquilo como el que espera que pase algo, lentamente las manos de la muchacha fueron avanzando más y más hasta que la prominente verga de la bestia fue apareciendo entre sus piernas, María no se inmuto por ello es más hasta esperaba ver algo de semejante tamaño debido a los relatos y fotos que con anterioridad había visto, llegó el momento en que le pareció apropiado el dar el siguiente paso.
Por lo que se dedico a secar al perro tras lo cual lo condujo a su propia habitación como lo había hecho en infinidad de ocasiones pero sin el mismo interés, una vez dentro de su cuarto María procedió a quitarse toda su ropa y quedar completamente desnuda, y sentada en el borde de su cama volvió a llamar la atención de su mascota, el cual como de costumbre le prestó atención inmediata, colocando su inmensa cabeza sobre los muslos de su ama como era su costumbre, solo que en esa oportunidad María se encontraba total mente desnuda, y en lugar de tener sus piernas cerradas las tenía completamente abiertas, el perro de primera intención trató de acomodar su cabeza sobre uno de los muslos de la joven, pero algo llamó completamente su atención y fue el aroma ha hembra que despedía María a consecuencia de lo húmedo que se encontraba su coño, fue cuando la áspera húmeda y gran lengua de León pasó por encima del coño de la joven, la cual sintió como una sabrosa descarga eléctrica recorriera todo su desnudo cuerpo, León se estaba comportando según lo previsto, siguió pasando su lengua con avidez en ocasiones por encima del depilado coño de su ama y en otras por dentro del mismo, María se había recostado sobre su cama para disfrutar más de los lengüetazos que le daba su mascota, los cuales le llegaban a lo más profundo de ella, haciendola gemir de alegría y felicidad.
Ni León ni María se percataron por encontrarse sumamente absortos en lo suyo de que Mari había abierto la puerta del dormitorio de María y llevaba varios minutos observando como el perro hacía disfrutar a su hermana menor pasandole su gran lengua por dentro del coño de ella, y como esta se encontraba disfrutando de esa experiencia tan inusual, Mari al principio tan solo se limitó a ver los toros desde la barrera, o sea a quedarse viendo como su gordita hermana menor disfrutaba de los lengüetazos de su mascota, pero su interés fue creciendo y se fue acercando a la cama donde su hermana se encontraba recostada, a medida que se acercaba se fue desprendiendo de su escasa ropa, el cuerpo de Mari era más esbelto que el de María y ademas era algo más alta que su hermana menor, pero no podía negar su herencia genética ya que al igual que su madre su hermana y hasta que su tía solterona, ella también disponía de un hermoso par de grandes y rosadas nalgas, las cuales resaltaban más en ella por ser más delgada que su hermana menor María, una vez que se encontró totalmente desnuda se fue subiendo a la cama de su hermana a medida que se acariciaba su propio clítoris profusamente, cuando María la sintió a su lado abrió sus ojos los cuales los había mantenido cerrados para un mayor disfrute del momento que pasaba mientras León le continuaba lamiendo su vulva sin parar, al ver a su hermana tan cerca de ella le sacó su lengua y se relamió los labios de su boca, fue cuando sin consultarselo Mari colocó el coño de ella sobre la boca de su hermana menor la cual sin protestar comenzó a lamerle el chocho a su hermana mayor para deleite de las dos, las manos de María ya no se encontraban aferrandose con fuerza a la cama, a medida que la lengua del perro hacía saltar de emoción todas y cada una de las fibras nerviosas de su desnudo cuerpo, una vez que su hermana se posicionó sobre su boca las manos de María se dirigieron a los parados senos de su hermana mayor los cuales acarició como a ella misma le gustaba que su hermana se los acariciará a ella, ninguna de las dos llevó el tiempo que pasaron así.
Cuando León dejó de pasar su lengua por el coño de su ama, María supuso que su can se encontraba en condiciones de montarla, por le que dejó de mamarle el coño a su hermana mayor indicandole que ya el chucho se encontraba listo para el siguiente paso, por lo que Mari retiró su coño de la cara de su hermana menor. En efecto parte de la verga de color rosado de León ya se encontraba por fuera, gracias al gran tamaño del animal al este instintivamente subir sus patas sobre la cama de su ama, su verga quedó frente por frente al coño de María la cual con algo de cuidado lo tomó entre sus dedos y lo apretó, no para meterselo en su coño cosa en la que el perro no necesitaba mayor ayuda, había agarrado con fuerza la verga del animal para poder controlarlo y no fuese a meterle de un solo golpe toda su inmensa morcilla por su coño, como ya había leído en algunos relatos era la mejor manera de evitar soldada al animal, a León pareció no importarle mucho lo que hacía su ama, y una vez que la penetró se dedicó a seguir los pasos que le indicaba su propia naturaleza, por su parte Mari observaba incrédula lo que pasaba ante sus ojos, al tiempo que continuaba frotandose con fuerza su propio clítoris viendo como el Gran Danés se follaba a su hermana menor, María fue alcanzando un orgasmo tras otro, a medida que el perro continuaba dandole verga, hasta que sintió como algo más grueso aun golpeaba su mano y entendió de que se trataba, pero ante el temor de quedar pegada no lo soltó, pero a pesar de ello llegó el momento en que León vació toda su leche dentro del coño de su ama, la cantidad era grande, jamas en su puta vida pensó María que una verga, a sí fuera la de un animal botase tal cantidad de semen, el cual le chorreaba desde su coño y se le corría hasta sus grandes nalgas.
A todas estas Mari continuaba masturbandose solitariamente, y cuando vio la gran cantidad de leche que se derramaba pensó que había perdido la oportunidad de que el can también la hiciera disfrutar a ella como lo había hecho con su hermana menor, una vez que León se retiró del desnudo cuerpo de su ama, se tiró en su rincón y se dio unos cuantos lengüetazos en su verga para luego quedarse quieto con la cabeza en el suelo pero sin despegar los ojos de las dos jóvenes, María al ver la cara de tristeza de su hermana mayor le pregunto la razón de ello y Mari le respondió que si le parecía poco el tener que esperar hasta el día siguiente para poder disfrutar lo mismo que ella lo había hecho, al escuchar a su hermana mayor María se puso a reír y le dijo que se dejase de tonterías que León ahora era que estaba en forma, ya que como María era la que más había leído al respecto se encontraba con un mayor conocimiento al respecto, y así se lo hiso saber a su hermana, y para demostrarle lo equivocada que se encontraba le dijo que llamará al perro y le dejase oler su mano derecha que era con la que regularmente ella se auto satisfacía, cosa que hiso al pie de la letra Mari, casi de inmediato León comenzó a mover su rabo en señal inequívoca de encontrarse contento, y se fue acercando a la mano de su otra ama, la cual lamió profusamente para luego por instinto dirigirse al peludo coño de Mari que a diferencia de María no gustaba depilarselo, en un dos por tres hundió toda su cara en el coño de su ama la cual se encontraba de pie junto a la cama, Mari aun de pie abrió sus piernas para permitir que la lengua del chucho llegase a donde ella quería, lentamente a medida que el fiel León le pasaba su gran lengua por entre las piernas de ella, Mari se fue sentando sobre el borde de la cama de su hermana menor, mientras que María se retiraba al baño para asearse como era debido, Mari disfruto de los calidos masajes dentro de su vulva que le daba el can con su lengua, mientras desde el cuarto de baño se escuchaba el agua de la regadera correr, al tiempo que María le recordaba que no fuese a soltarle la verga al perro ya que podía quedarse pegada, realmente Mari no le puso mucha atención a las palabras de su hermana, solamente se dedicó a disfrutar de los favores que le prodigaba su fiel mascota, hasta que este dejó de lamerla y trató de montarla al igual que a la otra hermana, pero a Mari le pareció algo incomoda esa posición por lo que contrarió que a su hermana ella se colocó apoyando su plano vientre contra el borde de la cama, dejando su culo y su coño a la total disposición de su perro, León de nuevo le lamió el coño y el esfínter a su ama, cosa que hiso que ella disfrutase de una agradable sensación, para luego de ello el can trepó de nuevo sus pata sobre la cama, siguiendo las instrucciones dadas por su hermana menor Mari le agarró la verga a su perro y él de inmediato encontró el camino a su húmedo coño el cual fue penetrando para el mayor disfruté de su ama, Mari se sentía como una perra callejera disfrutando de la verga del Gran Danés, pero debido a los fuertes embates del perro y a que ella consideró que disfrutaría más si retiraba su mano la verga de León se inflamo completamente dentro del coño de Mari ella pensó que moriría de placer al sentir semejante cosa dentro de ella, y decidió disfrutarla completamente, alcanzando en repetidas ocasiones más de un orgasmo, fue cuando del cuarto de baño salio la simpática gordita de María secandose su largo cabello negro, y al ver a su hermana en esa posición le dio algo de envidia la cara de felicidad que demostraba tener Mari, pero lejos de molestarse se acercó a su hermana y acostandose en la cama le colocó su coño frente a su cara, al principio Mari se hiso la desentendida pero ante la insistencia de María, Mari comenzó a mamarle el coño a su hermana menor, las dos hermanas disfrutaban cada una de sus respectivas posiciones cuando Mari se percató de que María tenía sus dos manos sobre el cuerpo de ella, y le preguntó si no había agarrado la verga del perro, la otra le respondió que si pero que había decidido probar como era eso de quedar pegada y que realmente lo estaba dolorosamente disfrutando, llegó el momento en que nuevamente león dejó correr su semen dentro del cuerpo de su otra ama, a la que la gran cantidad de leche le corría por sus muslos saliendo de su también inflamado coño, una vez que León terminó María se asustó al ver que eso de quedar pegada no era un cuento de su hermana, gracias a las atenciones de María el permanecer pegada al perro no fue tan incomodo como lo hubiese sido de estar sola, desde esa fecha ya las dos hermanas continúan siendo muy buenas amigas y comparten todo, en especial esos días en que el ocio les hace desear el quedarse pegadas por espacio de una hora más o menos a su fiel can.
Habían pasado unos cuantos meses de esos sucesos cuando en cierta ocasión las dos hermanas llegaron temprano a su casa, cual no sería su sorpresa al entrar al salón de estar el encontrar a su padre Don Andrés dandole verga a su tía Benita a su propia hermana, indignadas las dos subieron al cuarto de su madre con la fija idea de acusar a su padre con su madre, pero al abrir la puerta del cuarto de Doña Asunción se llevaron la sorpresa de su vida al ver que esta se encontraba desnuda en cuatro patas recibiendo por un lado los ataques de su perro mientras que con su boca le mamaba la verga a las que ella hasta se día pensaban era la mujer de servicio. Las dos hermanas se vieron la cara y se retiraron sin hacer mayor ruido rumbo a su dormitorio para disfrutar la una de la otra.
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