Abusos (VI: Parejas tolerantes)


Corría la década del 60. Era la época en que la Europa Occidental vivía enloquecida con la liberación sexual, la época de la aparición de la "pildorita", la época de la tolerancia sexual especialmente en lo que se refiere al intercambio de parejas. Los matrimonios comenzaban a liberalizarse bajo el moto "tú folla con quién quieras y yo también" o aquello de "estás buenísima, pasé una noche fantástica contigo, pero dime ¿quién eres?". La época de las películas suecas, de las tetas de Anita Eckberg, de la apertura de las salas X. Homosexuales y lesbias comenzaron a salir de sus escondites y atreverse a mirar la luz solar. Se le quitó el polvo a la teoría de Sigmund Freud sobre la sexualidad y el subconsciente humano. Aparecieron palabras nuevas y mágicas tales como ORGASMO y sus palabras derivadas tales como FEMINISTA. De pronto desde niñas de 10 años hasta abuelas de 90, todas querían vivir un orgasmo. Pocas sabían lo que era eso, pero todas querían vivirlo. Mujeres con 40 años de casada, con una docenas de hijos y tres docenas de nietos, abrían la boca asombradas al enterarse de que existiera eso que se llamaba orgasmo y que parecía ser tan bueno. No pocos eran los hombres – y especialmente los que decían ser muy machos - que entonces se enteraron de que las mujeres también tenían una necesidad sexual, que se corrían igual que los hombres y que no sólo estaban en el mundo para abrirse de piernas y ser objetos de satisfacción sexual del sexo opuesto. Maridos que hacía más de 20 años que follaban contentos, gustosos y hasta enamorados con sus mujeres comenzaron a tener complejos: ¿Lo tendrá, o no lo tendrá?, ¿Me lo está fingiendo o es real?. ¿Será la mía demasiado corta o es la de ese tío (en el Water) demasiado larga?. Se inventó la sexología y aparecieron los "Sexólogos" y los libros que te enseñaban como culearte a tu mujer sin que ella protestara. Las ambulancias se movían por todas las ciudades europeas intentando de desatar los nudos de piernas que se formaban las parejas tratando de poner en práctica las poses que te indicaban en los libros. También fue el florecimiento comercial de los abogados de divorcios. Los tribunales de familia veían como crecía la pila de expedientes de divorcios y pagos de alimentos y los jueces ya se cansaban sólo con ver crecer esa pila y se iban a casa a controlar a sus mujeres; por las dudas. "Orgasmo o divorcio" era la sigla del momento. En «vox populi» hablando, maridos tolerantes eran "IN", maridos celosos eran "OUT". A FOLLAR!, que el mundo nos pertenece.

La historia que quiero contar se sitúa justamente en esa época. Dos ingenieros textiles, compañeros de trabajo y vecinos; Dirk y Zwen comentaban justamente la última película sueca que vieron el sábado pasado en el cine, mientras se sentaban a comer en la cantina de la fábrica. Dirk, casado con Agnetha y padre de dos niñas de 3 y 5 años al igual que Zwen, casado a su vez con Anni y padre de un niño de 4 años y una niña de 5 era joven. Ninguno de ellos había alcanzado aún los 30 años y las mujeres serían unos dos o tres años más jóvenes que los maridos. El grupo se completaba con Chris, de la misma edad, químico de la misma empresa y también vecino del mismo barrio en el que vivían los otros dos amigos. – Hacerme lugar en la mesa, dijo Chris. – Amigos tenemos solucionado el tema de los niños en vacaciones. Frida, la hermana menor de Sadly (su mujer) viene a pasar las vacaciones con nosotros, así que la llevaremos para que entretenga y cuide a los niños. Con los míos se entiende a las mil maravillas y no tendremos problemas con los vuestros. Además tiene 17 años, es bastante mayorcita y la playa que tenemos pensada es tranquila, solitaria y no tiene peligros que inquieten. Nos podemos reunir para conversar el tema y alquilar de firme la casa que tenemos prevista en la playa. Tenían planeado para este verano, realizar juntos cuatro semanas de vacaciones en una casa situada en una playa dinamarquesa del Mar del Norte que se caracterizaba por sus calas pequeñas, casi individuales, grandes y hermosas dunas y médanos de arena. – Hecho, el sábado nos reunimos en el bar de mi casa, dijo Dirk, - le diré a Agnetha que se ponga al habla con vuestras mujeres para organizar eso.

Dirk había instalado en el semisótano de su casa un ambiente amplio para festejar fiestas. Decorado como en una discoteca, luces difusas, buen equipo de alta fidelidad y un bar bien surtido. Unos taburetes rodeaban la barra pero también un buen grupo de sillones para pasarlo bien. Zwen y Chris disponían de unos potentes transiver que le permitían oír lo que sucedía en los dormitorios de sus niños, el más lejano a 100 metros de la casa de Dirk. El primer tema de conversación: las vacaciones de verano. Sadly confirmó que su hermana pasaría unos tres meses con ellos de manera que podían llevarla de vacaciones para que cuidara a los niños y tener ellos más tiempo libre para recuperar las fuerzas perdidas durante el año laboral. Sadly había ya conversado el tema con su hermana Frida y todo estaba claro. Chris se hizo cargo de aclarar y asegurar el alquiler de la casa prevista para las vacaciones. Era una casa amplia, moderna y muy cómoda que gozaba de todos los servicios. Aclarado y concluido el tema principal de la reunión comenzó la parte general de la velada. Buena música del Hi-Fi y buenos y abundantes whiskys del bar iban entonando la velada. Chris que era el más bailarín de los tres hombres comenzó a bailar con Agnetha mientras el grupo conversaba de las más diversas cosas poniendo cada uno lo mejor de si para hacer agradable la velada. A medida que avanzaba la noche y aumentaba el consumo de whiskys se fueron personalizando más los contactos. Chris continuaba bailando con Agnetha pero sus dos manos sostenían a Agnetha ahora por el culo, Zwen sentado en el sillón tenía sobre sus piernas a Sadly y Dirk había desaparecido con Anni. Cada uno a lo suyo. Nadie se preocupaba lo que hacía el otro con la otra. Zwen besaba a Sadly mientras le pasaba la mano por debajo de la falda. Chris tenía a Agnetha contra la pared en un rincón de la habitación. De Agnetha sólo se podía ver una pierna desnuda que Chris mantenía en alto tomada desde abajo por el muslo. Por los movimientos de Chris, era fácilmente deducible que ambos estaban en plena faena, mientras que de Dirk y Anni no se oía, ni se veía nada desde hacía ya casi una hora. Zwen salió a bailar con Sadly y minutos más tarde los dos desaparecían sobre el piso alfombrado, detrás del sillón. En el ambiente entonó un gemido provocado por un orgasmo sin que se pudiera ubicar bien de quien había sido pero el otro no tardó mucho en hacerse escuchar. Dirk entró a la habitación besando a Anni, pero sin poder disimular el bulto que a pesar del polvo que se había echado se le volvió a formar. Se pusieron a bailar abrazados y apretados, chupándose los labios como si aún estuvieran gozando el polvo, Dirk con sus dos manos metidas en el culo de Anni. Se sentaron en el bar a llenar sus copas y pronto se le reunieron Agnetha y Chris y no tuvieron que esperar mucho para ver a Zwen y a Sadly levantarse desde atrás del sillón. Zwen cerrándose aún los pantalones y Sadly acomodándose la falda. Chris se recostó en la barra manteniendo su copa de whisky en la mano y Agnetha se recostó contra Chris acomodándole el culo contra su bulto y moviéndolo para que asentara bien, cosa a la que ayudaba Chris apretándole una teta. Sadly besaba a Zwen mientras su mano desaparecía dentro de la bragueta de él. La velada continuó entre besos bailes, tocadas y quizás algún otro polvo en el servicio. Ya de madrugada cada uno a su casa. Se podía decir que la velada transcurrió con absoluta normalidad. Yo me follo a tu marido y tú si quieres te follas al mío o al que te apetezca y de la misma manera yo me follo a tu mujer y si te apetece te puedes follar a la mía o la dejas para que folle con el que se le dé la gana. Era la regla del juego limpio. Nada de follar a espaldas de la pareja. Nada de metida de cuernos. Se follaba delante de las narices de la pareja. Era la ley de la igualdad de condiciones. Pero esa ley de la igualdad olvidaba que el hombre no sólo está hecho de carne, hueso, polla y coño sino que había otros componentes que, si bien entonces se les relegaba forzadamente a segundo plano, solían jugar una mala pasada. Eran los instintos y los sentimientos. La defensa de su hembra y las pretensiones de exclusividad sobre ella, sin abandonar el deseo de poseer otras hembras, es una ley que la naturaleza otorga a todo macho de la especie animal y que está estrechamente ligada a los instintos de reproducción y subsistencia. Sentimientos de la especie humana, como amor, cariño, familia, celos, pasión, no eran "IN" sino "OUT", pero allí estaban, aunque se pretendiera ignorarlos.

Al día siguiente todos se comportaban como si la velada no hubiera tenido nunca lugar. Ni pío sobre lo vivido. Ninguno de los seis parecía recordar ni esa, ni las muchas otras noches vividas. Nada, nada, nada. Ni una palabra. Lo único importante eran ahora los preparativos de las vacaciones. En esas tertulias, que tenían lugar en la casa del uno o del otro, pues todos ofrecías más o menos las mismas comodidades, Dirk buscaba siempre la compañía de Anni en sustitución de su mujer. Quizás por que se conocían desde niños. Anni fue compañera de colegio de Agnetha y los tres hicieron el bachillerato juntos aunque en clases diferentes. Dirk y Agnetha eran novios de hecho desde la edad de 13 años. Anni asistió a Agnetha en la preparación y realización de su boda con Dirk y ambas se asistieron mutuamente durante el parto de sus hijos. Dirk participaba con todos sus sentidos en esas tertulias y el cuerpo de Anni, acompañado por un par de whiskys, le producía la suficiente adrenalina como para llevarle a preocuparse más por las realidades que tenía en las manos que por los pensamientos de su mente. Nunca se le ocurrió hacer una comparación con Agnetha, pero tirarse un polvo con Anni era algo para registrarlo en el libro de los sucesos inolvidables. No obstante, él amaba a Agnetha. Ella era parte de toda su vida. Antes que ella no había habido ninguna otra chica. De ella recibió el primer beso de amor. Con ella fornicó por primera vez y la desvirgó. Lo mismo sucedía con Agnetha. Dirk había sido su primero y su único hasta el momento en que comenzaron los juegos obligatorios de "tolerancia". Pero algo cambiaba en el comportamiento habitual de Agnetha. Eso de fornicar libremente le excitaba inmensamente. El polvo que Chris le había echado la noche anterior le hizo tener un orgasmo múltiple del que aún, anímicamente, no se había recuperado. Aún sentía su vagina totalmente ocupada por la polla de Chris. No es que Chris estuviera mejor dotado o hiciera las cosas mejor que su marido, nada de eso, pero la atmósfera, las circunstancias, la tensión, que rodeaban a esos polvos, la excitaban demasiado. Gozaba dejándose follar legalmente por alguien que no fuera su marido y en circunstancias y poses que nunca había imaginado posibles y que no eran reproducibles en el lecho conyugal. Por más que se esforzara, Agnetha no podía disimular o falsear de manera creíble sus instintos. Le era imposible hacer el amor con su marido en forma real, teniendo en mente el polvo vivido. Abría sus piernas, besaba a su marido, gritaba ahhh, uhhh y ohhh, pero Dirk era demasiado sensible para dejarse engañar y una noche mientras la follaba perdió su erección y no la pudo recuperar en toda esa noche pese a los esfuerzos de Agnetha. Tampoco hubo comentarios sobre eso, pero en el ambiente flotaba un aire tibio que daba para pensar. Por lo demás, Agnetha continuaba siendo la madre y la esposa perfecta.

Llegó por fin el día de emprender las ansiadas vacaciones de verano. Se realizaron los últimos preparativos y a la mañana temprano la caravana de tres coches se dirigía camino a la costa. Chris iba a la cabeza pues era quién conocía el camino y el acceso a la casa. Llegaron a tempranas horas de la tarde, bajo un sol radiante que presagiaba un tiempo de vacaciones hermoso. Frida, la hermana Sadly le fue presentada al grupo. Los ojos de Dirk y de Zwen exploraban el cuerpo bien formado de esa hembrita de 17 años. A Chris no le pasó desapercibida la mirada devoradora de sus amigos y les sonrió dejando entender por el movimiento de cabeza que compartía la opinión de ellos. Los tres matrimonios ocuparon los 3 dormitorios del frente de la casa mientras que los niños fueron reunidos en el amplio dormitorio que daba a los fondos de la primera planta y Frida ocupaba el cuarto contiguo al de los niños. Gran bullicio, gran algarabía del pueblo infantil. Dirk, Zwen y sus mujeres salieron al pueblo a hacer las compras para la semana, mientras que Chris y Sadly ordenaban todo aquello que había que ordenar en la casa. A primeras horas de la noche ya estaba todo lo suficientemente organizado como para dar comienzo a unas vacaciones agradables. Se fueron temprano a la cama para descansar del trajín del viaje y de los preparativos. Los niños merendaron temprano y dormían cuando aún no había oscurecido.

Por la mañana temprano, después de desayunar salieron a recorrer las inmediaciones. A media hora de marcha descubrieron una cala pequeña, de playa amplia de arena blanca, aguas tranquilas y no profundas que consideraron ideal para que los niños jugaran sin que corran peligro alguno. Allí los dejaron al cuidado de Frida y continuaron la marcha hacia el lado contrario. No muy lejos de la casa, detrás de una cadena de médanos dieron con una playa de aguas tranquilas, algo frías por la latitud en que estaban pero agradable para pasar el verano. ¡Al agua! gritó alguien y allá fueron todos corriendo. Jugaban como niños. Agnetha subida a caballo sobre los hombros de Chris luchaba contra Sadly montada en los hombros de Zwen. Agnetha perdió el equilibrio y cayo al agua. Anni y Dirk habían alcanzado a nado las rocas de un acantilado vecino y allí se quedaron a disfrutar del sol. Anni se quitó el bikini pues como decía, no quería tener dos colores en su cuerpo. Con 27 años, Anni tenía una figura hermosa. Allí se quedaron los dos desnudos dejándose acariciar por los rayos solares – Vamos al agua Dirk. Anni salió corriendo y Dirk detrás de ella. Jugaban se tiraban agua y en un momento la abrazó. Anni no se resistió pero le dijo – quizás hagamos algo esta noche todos juntos, ¿no te parece mejor?. Volvieron a donde estaban los otros, merendaron algo que habían traído, se desnudaron y se echaron al sol a pasar la tarde. Avanzada la tarde y todos ya con la piel roja se decidieron a volver a la casa. Dirk fue designado para ir en busca de los niños. – Iré por la playa, no vemos luego. Parte nadando, parte caminando por la arena llegó donde estaban los niños. Tenía su pantalón de baño en la mano. Frida miraba su pene y Dirk el cuerpo de Frida envuelto en un pequeño bikini. La imaginaba desnuda y prefirió cambiar de pensamientos – Niños, que nos vamos a casa. Llegaron en caravana y jugando con gran algarabía. Se bañaron, merendaron y llevaron a los niños a la cama. También Frida dio las buenas noches y se retiró a su habitación. Las mujeres andaban con pantalón de bikini pero con las tetas al aire y los hombres en slip de baño. Alguien puso música muy baja para no despertar a los niños. Pronto apareció una botella de whisky abierta y otra de reserva. Un contenedor de cubitos de hielo y vasos. Era la bebida habitual de ellos, aunque Dirk reducía mucho el consumo debido a una afección hepática. El whisky y la música comenzaban a hacer sus efectos. Zwen y Sadly bailaban ya desnudos. Observando a Sadly de espaldas se veía el pene de Zwen asomar por entre las piernas de Sadly. Poco después ya no se le vio más, pero los ojos semicerrados de Sadly y el torpe movimiento de sus piernas dejaban entrever en donde estaba ahora alojado el pene de Zwen. Agnetha acostada sobre Chris daba y recibía besos de lengua. Anni sobre la mesa follaba abiertamente con Dirk. Daban la media noche y exceptuando a Dirk, el que menos, tenía 5 o 6 whiskys dentro. Todos estaban bebidos. Dirk los miraba y se reía. Especialmente grotesca le pareció la pose de Sadly que se había dormido sobre el pasamano del sillón con la polla de Zwen en la boca. Se le acercó. Hacía ya tiempo que le tenía ganas al culo de Sadly. Se la metió en el culo hasta los huevos. Sadly giró la cabeza para besarlo, pero prefirió abrir más las piernas y continuar durmiendo con la cabeza apoyada en Zwen. Dirk la estaba follando cuando observó a Frida escondida detrás de la cortina de la planta alta observando lo que sucedía. Se hizo el tonto. Se la sacó del culo a Sadly y continuó avanzando entre cuerpos. Allí dormía su mujer con la polla de Chris entre las piernas. De pronto en tres zancadas subió la escalera. Frida no pudo regresar tan rápido a su habitación y se escondió detrás del cortinado. Dirk la descubrió. Le hizo seña que se callara la boca. La cogió de la mano y la llevó a su habitación. Entraron y detrás de si cerró la puerta con llave. Comenzó a abrirle el blusón del pijama. Se lo sacó dejando al descubierto un hermoso par de tetas. Se las acarició, las besó y chupó de esos pezones sabrosos. La besó en la boca. Frida correspondía. Le bajo los pantalones dejándola desnuda. En sus brazos tenía una fruta que acababa de madurar para ser comida. La acostó sobre la cama, le colocó una toalla debajo del culo para no ensuciar las sábanas con sangre y la desvirgó. Frida abrió la boca dando a entender que sintió la defloración pero seguidamente continuó besando. Se corrió dentro de Frida pero no se la sacó, continuó dentro de ella besándola y acariciándola. Con el segundo polvo se corrió Frida también. Dirk le pasó las manos por el culo y la apretó hacia él mientras se erguía arrodillado en la cama de manera que, el culo de Frida apoyara sobre sus muslos. Gozaba con ver que su polla había penetrado totalmente a ese bomboncito de 17 años. Sintió una satisfacción enorme. Frida le miraba sonriente. La besó y se despidió hasta mañana. Bajó las escaleras cautelosamente. Todos seguían en la posición en que los había dejado. Se arrodilló frente a su mujer, le levantó la cabeza y le metió en la boca su polla aún húmeda por los jugos y la sangre de Frida. Agnetha lo miró semidormida, pero se la mamó. Después tomó a Anni en brazos y se la llevó a su cama. Se durmieron abrazados.

Anni pegó un salto al verse desnuda en la cama con Dirk igualmente desnudo. Sabía que había follado bastante con él pero no se acordaba como y cuando vino a su cama. Tenía un dolor de cabeza terrible. Se cubrió con una sábana y se fue a su habitación. Pero en su cama estaba Zwen con Sadly y con Agnetha y en la otra habitación dormía Chris en pelotas. Decidió volver con Dirk. Se acostó junto a él y se durmió otra vez. Comenzaron a levantarse hacia la hora de la comida. Los niños ya se habían marchado con Frida quién se había gastado casi todo el pan preparando la merienda para los niños. Poco a poco fueron recuperando el sentido a medida que se le pasaba la resaca del whisky. Dirk era el más íntegro de todos y se marchó por pan y otras provisiones que hacían falta en la casa. Cansados y semimuertos alcanzaron la playa se quitaron los bañadores y se fueron al agua. Eso les refrescó un poco pero para ese día estaban servidos. Había transcurrido ya la primer semana de vacaciones. Los emparejamientos ya estaban definidos y se habían aceptado sin palabras. A Sadly le venía muy mal la regla. Le llegaba acompañada de fuertes dolores de cabeza y pérdidas abundantes que a veces la tumbaban un par de días en la cama. Ese era el caso de ese mes. Un día por la tarde desaparecieron todos y pronto sin darse cuenta Zwen se encontró solo. Echó a caminar por los médanos. Sintió murmullos cercanos. Se acercó sigilosamente. Allí estaba Chris follándose a Agnetha. Se le formó el bulto de oír como disfrutaba Agnetha pero se marchó tan sigilosamente como había llegado. Decidió ir a jugar con los niños. Ya marchaba en esa dirección cuando volvió a escuchar unos gemidos detrás de los médanos. Supuso que sería su mujer y decidió ver lo que hacía. Sí, allí estaba Dirk penetrando el culo de Anni quién parecía gozar al máximo con esa polla en su culo. Caliente siguió su camino. Ya escuchaba la algarabía de los niños a lo lejos y los vio entretenidos construyendo unas casitas de arena en la playa. Pero allí delante estaba Frida, tomando el sol desnuda, con una toalla sobre la cabeza para protegerse del sol. Ver esos senos duros, esas piernas largas y firmes, eso tentador entre las piernas cubierto de cabello rubio, más todo lo que había visto anteriormente, le provocó una erección. Le comenzaban a doler los huevos de deseo. Se quitó el bañador y se acercó con sigilo. Llegó hasta a arrodillarse entre las piernas de Frida. Ella notó que algo se movía y se sobresaltó, Zwen le tapó la boca con la mano - ¡Cállate! y manteniendo la mano sobre su boca la penetró. Cuando ya le tenía adentro le quitó la mano de la boca y comenzó a besarla, a besar y chupar sus tetas y morderle los pezones. La presión que tenía en los huevos no le dejó hacer otra cosa que descargar su contenido dentro de la vagina de Frida. Se corrió en un coño que le ceñía como una sortija de compromiso. Miraba a Frida y ella le sonreía. La imagen de su mujer recibiendo por el culo la polla de Dirk le puso el cipote duro. – Da la vuelta y ponte en cuatro patas. Con el lubricante que llevaba tenía bastante para introducir la punta en el culo de Frida. Tardó media hora pero con tacto y paciencia consiguió que ese culo virgen se dilatara a su medida. Cuando lo tuvo se aferró a sus tetas y le sacudió un polvo maestro. – Ven, vamos al agua así no lavamos y refrescamos un poco. Era una hembrita deliciosa, hermosa, apetecible. La tomó en sus brazos. Frida correspondió al beso. La levantó por debajo de las piernas y la ensartó otra vez en su pene de parado. Los chicos continuaban jugando en la playa. La vagina de Frida se volvía a llenar con la leche de Zwen. Volvió a casa alegre y silbando. En la sala estaba Sadly leyendo una revista. – Pobre Zwen, tienes que andar solo por la playa. Mañana estaré ya bien e iremos a pasear juntos. – Bien cariño, me alegro.

Las vacaciones llegaban ya su fin. Sólo restaban 5 días para emprender el regreso. Ese día Dirk y Agnetha se habían marchado con los niños a un parque safari, no muy alejado del lugar pero sobre el cual los niños estaban muy ilusionados. Tenían pensado pasar el día con ellos fuera. Zwen, Anni y Sadly se marcharon a realizar compras a la ciudad de manera que solo quedaba Chris en casa a quien se le había encomendado limpiar la cocina y preparar todo para merendar cuando estuvieran de regreso. En eso estaba ocupado Chris cuando sintió ruidos y correr agua en la habitación de los niños. Entro a la habitación y allí estaba su cuñada Frida duchándose. Nadie pensó en ella pero allí estaba, desnuda, de espaldas. No había captado la presencia de Chris que se quedó como paralizado observando esa figura espléndida que se le ofrecía a sus ojos. La erección no se hizo esperar mucho. Decidió salir fuera de la habitación y esperar los acontecimientos. Estaba solo en la casa con Frida y ella estaba ahora desnuda bajo la ducha. Se quitó los pantalones y la camisa. Tan sólo el slip llevaba puesto. Pegó el oído a la puerta. Sintió correr agua, señal del enjuague. El grifo que se cerraba unos minutos de silencio y luego unos pasos de pies desnudos que caminaban por la habitación. Llegó el momento, pensó. Entró a la habitación. Sí, allí estaba Frida, desnuda, con las bragas en la mano dispuesta a ponérselas y al ver a su cuñado atinó sólo a cubrirse las tetas. Chris tenía el cipote como un garrote y Frida observó su excitación. - Frida estás preciosa, tienes un cuerpo divino. Continuaba acercándosele, le sacó las bragas de la mano y le bajó los brazos. Le admiraba las tetas, los pezones, las piernas. La envolvió en sus brazos clavándole los diez dedos en el culo, ese culo armado y saliente de 17 años de edad. La levantó en sus brazos, la llevó a su dormitorio y la depositó sobre la cama. Se quitó el slip y acostándose boca arriba la dejó que se montara sobre su pene que se introdujo dentro de ella hasta el último centímetro. La tomó por la cintura y comenzó a moverse dentro de ella. Frida comprendió que debía hacer algo e hizo lo correcto. Se inclinó para besar a su cuñado mientras este le acariciaba las tetas y comenzó con sus movimientos. Arriba, abajo, arriba, abajo ... Chris cerraba los ojos. Frida lo besaba. De pronto giró sobre la cama. La colocó debajo de él, la penetró hasta los huevos y le largo el chorro mientras le chupaba las tetas. – Que buena que estás cuñada. ¿Cómo no te descubrí antes?. Quédate ahora conmigo que tengo más ganas de ti. El segundo polvo hizo gritar a Frida por el orgasmo que le vino. La polla de Chris era un volcán de leche que entraba en erupción en la vagina de Frida. No supo cuanto tiempo se la dejó aparcada en el coño, pero lo que sí sabía es que se había echado un polvazo.

De regreso a casa todo se fue encaminando poco a poco en la normalidad de la vida que llevaban. Sólo había algo que preocupaba a Sadly y que no se animaba a conversar con su marido. A su hermana Frida no le bajaba la menstruación. El análisis médico fue claro. Frida estaba embarazada. Sadly comentó eso con sus amigas, especulando que algún joven se le hubiese acercado demasiado. No había pistas ni resultados claros. Las tres la acosaron con preguntas tratando de no herir la sensibilidad de la niña. La respuesta fue aplastadora. Había tenido contacto sexual frecuente con los tres maridos de esas mujeres. La había violado, seducido, usado y hasta compartido para sus placeres. Un mundo de fantasía se desmoronaba. Tres familias tolerantes se desintegraban. Sólo quedaban lágrimas.

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Nota del autor: mis historias son ficticias. Cualquier parecido con lugares, nombres o situaciones similares es pura coincidencia.